Tendencias en química cosmética: Algunos ejemplos de polímeros sintéticos novedosos

Los polímeros están en todos lados. Por su versatilidad, cada día usamos productos que incluyen algún tipo de polímero en su fórmula, Y es que, según la composición química de los materiales poliméricos, estos pueden presentar propiedades muy diferentes: dureza, flexibilidad, resistencia a los químicos, brillo…

A pesar de los innumerables usos de los polímeros y de los beneficios que nos proporcionan, la ciencia debe seguir avanzando. Continuamos investigando y desarrollando innovadores polímeros sintéticos con el objetivo de dar respuesta a las necesidades tanto de las personas como de nuestro planeta. En este artículo te presentamos algunos de las tendencias más novedosas, como polímeros biodegradables o polímeros cosméticos con efecto peel-off.

¿Qué es un polímero?

Antes de empezar, debes saber que los polímeros son macromoléculas de alto peso molecular, formadas por unidades básicas conocidas como monómeros, que se unen entre ellas mediante enlaces químicos. Por lo tanto, la diferencia entre monómero y polímero es que el primero es la unidad de construcción más pequeña, cuya repetición forma el polímero. La elección del monómero correcto es de gran importancia ya que este define las propiedades que tendrán los diferentes tipos de polímeros.

Mediante reacciones de polimerización, durante las cuales se crean los enlaces químicos que mantendrán unidos a los monómeros, se forman las macromoléculas en forma de cadena conocidas como polímeros. En función del número de monómeros utilizados en la polimerización obtendremos polímeros homopoliméricos (formadas por un solo tipo de monómero) o copolímeros (con diferentes monómeros).

Además, un polímero también se caracteriza por su peso molecular y por la distribución de este peso. A la hora de formular nuevos polímeros debemos tenerlo muy en cuenta, ya que esto afecta a las fuerzas de cohesión intermoleculares, variando las características de los polímeros sintéticos.

Ejemplos de polímeros sintéticos para el sector cosmético

Con tal de dar respuesta a las necesidades cambiantes de los ciudadanos, la industria química desarrolla nuevos tipos de polímeros sintéticos. En Zschimmer & Schwarz tenemos una amplia experiencia en dispersión y emulsión, además de gran capacidad para producir polímeros tanto a nivel de laboratorio como industrial. Gracias a ello podemos ofrecerte un amplio catálogo con diferentes ejemplos de polímeros cosméticos base acuosa.

No olvidemos que en el mercado cosmético las tendencias apuntan hacia la sostenibilidad y la eficiencia. A continuación, repasamos algunos de los polímeros más innovadores que se desarrollan como respuesta a estas tendencias.

Polímeros biodegradables

A medida que los ciudadanos somos más conscientes medioambientalmente, desde el sector industrial respondemos buscando alternativas más sostenibles. Los polímeros no son una excepción.

Un ejemplo claro y de gran repercusión en la agenda pública es la reciente aparición de evidencia científica sobre la toxicidad de los microplásticos, cuyo uso en productos cosméticos de aclarado había sido habitual hasta entonces. Sin embargo, ante esa situación el sector cosmético ha reaccionado rápidamente y está reduciendo notablemente su uso en los productos de cuidado personal.

Por su parte, la industria química ha puesto en marcha la producción de polímeros biodegradables sintéticos, basados en materiales como la celulosa. La composición química de los polímeros biodegradables permite que, tras cumplir su función, se descompongan en subproductos naturales, como gases, agua o biomasa.

Biopolímeros

Los biopolímeros, también conocidos como polímeros biobasados, pueden obtenerse a partir de sustancias naturales o mediante modificaciones de polímeros que se pueden encontrar en la naturaleza. De este modo, se reduce la dependencia de los combustibles fósiles, como el petróleo del que derivan los polímeros tradicionales.

Aunque el propósito de ambos es la obtención de soluciones más sostenibles, los biopolímeros y los polímeros biodegradables no son lo mismo. Los primeros no tienen por qué ser biodegradables, mientras que los segundos no provienen necesariamente de sustancias naturales.

Polímeros sin conservantes

Siguiendo la tendencia de la clean beauty, nuestros clientes también buscan reducir las listas de ingredientes de sus productos cosméticos. Por esta razón, les interesan especialmente los polímeros sin conservantes declarables, y entre ellos destacan los polímeros sin fenoxietanol.

En nuestro catálogo encontrarás diferentes ejemplos de polímeros libres de conservantes declarables. SYNTRAN 5762 es un polímero waterproof que forma un film flexible apto para máscaras de pestañas, eyeliners y otros productos cosméticos como los fijadores de maquillaje. Los polímeros resistentes al agua y al roce son especialmente demandados en la actualidad ya que permiten formular productos de maquillaje que resistan incluso ante las mascarillas faciales.

Por otro lado, también contamos con nuestro polímero sin conservantes SYNTRAN 5402, un dispersante de pigmentos que aporta un brillo excepcional. SYNTRAN 5402 es apto tanto para cosmética de color como para productos de hair styling, como lacas, ceras o gominas.

Polímeros peel off

Por último, uno de los nuevos polímeros más demandados por los clientes debido a su comodidad y facilidad de uso son los polímeros sintéticos con efecto peel-off. Mediante este tipo de polímeros se crea una película transparente sobre la piel que, tras el secado, se despega rápida y eficazmente.

Para lograr estas propiedades puedes utilizar nuestro polímero sintético de base acuosa SYNTRAN 5610, demandado sobre todo para formular esmaltes de uñas con efecto peel-off.

Conclusión: la sostenibilidad debe ser integral

La ciencia debe seguir avanzando con tal de mejorar productos que usamos cada día. Sin embargo, no se trata únicamente de sustituir los polímeros por otros productos más sostenibles. Hay que estudiar también el impacto ambiental que suponen estos materiales de sustitución y valorar si realmente van a producir las mejoras esperadas. Para ello, debemos tener en cuenta la totalidad del ciclo de vida del producto, desde la extracción de las materias primas al uso que hará el consumidor, pasando por la fabricación, el embalaje y el transporte.