10.06.2020 | Química y lifestyle
Qué significa SPF y otras dudas sobre tu protector solar
Nos pasamos el año buscando productos cosméticos que ayuden a que nuestra piel se mantenga joven y bonita el máximo tiempo posible. Pero debes saber que la química cosmética no te podrá ayudar si llega el verano y sometes tu piel a un daño tan agresivo como una exposición prolongada al sol sin protección. Por eso, ahora que llega el calor, queremos resolver tus dudas sobre los protectores solares, empezando por la más común: ¿qué significa SPF?
¿QUÉ SIGNIFICA SPF?
En el estante de los protectores solares verás cremas, sprays y otros formatos etiquetados con SPF 15, SPF 20 y más pero ¿qué diferencias hay entre ellos? Este número es el factor de protección solar (Sun Protection Factor en inglés) e indica el número de veces que el protector aumenta la resistencia natural de tu piel ante quemaduras solares. Es decir, un protector con SPF 50 significa que tu piel tardará 50 veces más en quemarse que si no te hubieras puesto protección.
El SPF varía en función de la cantidad de filtros utilizados. Recientemente se han desarrollado nuevos productos con el objetivo de reducir la cantidad de filtros sin perder un ápice de protección. Por ejemplo, el Diethylhexyl Sebacate (nuestro emoliente cosmético ZETEMOL OSB), que potencia el factor de protección a la vez que ayuda a la dispersión de filtros físicos y a la solubilización de filtros químicos.
TIPOS DE FILTROS DE PROTECCIÓN SOLAR
Y ahora dirás: ¿qué es eso de los filtros? Verás, hay dos tipos de filtros solares: los químicos y los físicos. Los primeros son los más utilizados. Absorben la radiación ultravioleta y la reemiten como radiación térmica. Por su parte, los filtros físicos funcionan como un espejo, reflejando la radiación. Por este motivo, algunas cremas solares dejan un rastro blanco en la piel.
Muchos de los protectores solares actuales incluyen los dos tipos de filtros, con el objetivo de obtener las mejores cualidades de cada uno.
¿CUÁNDO DEBO PONERME PROTECTOR SOLAR?
¡Siempre! En verano y en invierno, haga sol o esté nublado, es muy recomendable utilizar un buen protector solar. Al fin y al cabo, los rayos UV pueden atravesar las nubes y el cristal y están presentes todo el año. Por eso te recomendamos protegerte del sol diariamente.
¿QUÉ DAÑOS CAUSA LA RADIACIÓN SOLAR?
Aunque anheles esa piel bronceada del verano, exponerte al sol para conseguirlo puede hacerte más daño de lo que te imaginas. Además de enfermedades tan graves como el cáncer de piel, la exposición solar es la causa principal del fotoenvejecimiento. Es decir, la aceleración del envejecimiento natural, haciendo que aparezcan signos de la edad como manchas o arrugas antes de tiempo.
Has de ser consciente de que el hecho de “ponerse moreno” ya significa que ha habido un daño en la piel. La producción de melanina, la que da color a la piel, se estimula como mecanismo de defensa ante los radicales libres producidos por la radiación solar. Pero, además, los rayos UV deterioran el colágeno y la elastina, fomentando la aparición de arrugas, manchas, sequedad de la piel y una mayor pérdida de elasticidad y firmeza.
¿QUÉ PROTECTOR SOLAR DEBERÍA UTILIZAR?
Como sabrás, cada persona tenemos un tipo de piel diferente y por eso lo que a una le funciona bien puede que no sea la mejor opción para otra. En términos generales, cuanto más bajo sea tu fototipo (piel, ojos y cabellos claros) mayor SPF tendrás que utilizar. Pero, además, también necesitas tener en cuenta la radiación UV a la que estás sometido, distinta en función de la posición del sol, la nubosidad o la altitud.
Lo que sí que te recomendamos es asegurarte de que tu protector funciona ante todo tipo de radiaciones solares. Para ello comprueba en la etiqueta del producto que te proteja frente a los rayos UVA y UVB, la luz visible y la radiación infrarroja (IR).
Además, para que la protección sea efectiva es importante utilizar la cantidad recomendada. El fabricante lo debe especificar en la etiqueta del producto pero, de modo indicativo, se recomienda aplicar 1 cucharadita de café para la cara y 6 para el resto del cuerpo. Reaplícala siempre cada 2 horas y más aún si te has bañado, sudado o cualquier otra acción que pueda haber eliminado el protector solar. Y, recuerda, no utilices un protector solar que haya superado su fecha de caducidad o el tiempo indicado en la etiqueta PAO. Una vez pasado este tiempo no se puede asegurar que el producto funcione correctamente.
Como hemos comentado, la radiación solar puede ser muy peligrosa. Su mayor peligro no es que provoque manchas o arrugas sino que, a largo plazo, aumenta el riesgo de cáncer. Así que no juegues con el Sol y protégete bien.