02.03.2022 | Desmintiendo mitos
¿Qué sabemos del coronavirus y cómo contribuye la química a la lucha contra la COVID-19?
Desde la llegada del COVID-19 la ciencia está siendo nuestra mejor aliada para encontrar medidas que frenen la propagación del coronavirus y tratamientos y vacunas que curen o prevengan la enfermedad. El conocimiento es clave y para ello es necesario comprender y analizar los datos que tenemos sobre la COVID-19 y el virus que la provoca: el SARS-CoV-2.
Con tal de contribuir a la divulgación de información científica y contrastada, en este artículo os resumimos los datos ofrecidos hasta ahora por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
¿Qué es el coronavirus SARS-Cov-2 y cuáles son los síntomas de la COVID-19?
Cuando en diciembre de 2019 la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (China) informó de un brote de neumonía de causa desconocida, se identificó el agente causante de esta neumonía como un nuevo virus, denominado posteriormente como SARS-CoV-2. Este virus pertenece a la familia Coronaviridae y, concretamente, a la subfamilia Orthocoronavirinae.
El nuevo coronavirus puede producir cuadros clínicos que van desde el resfriado común hasta otros más graves. Por término medio, los síntomas tardan en remitir alrededor de 5 o 6 días, aunque pueden llegar a ser incluso a 14.
Según la OMS, los síntomas más frecuentes son fiebre, tos seca y cansancio, seguidos de síntomas menos comunes como: pérdida del olfato o gusto, dolor de garganta y de cabeza, diarrea, erupción en la piel o decoloración de los dedos de las manos o pies o ojos rojos o irritados.
Síntomas más graves del COVID-19
Cuando la respuesta inmune no es capaz de controlar el virus, como ocurre sobre todo en personas mayores con un sistema inmune debilitado o personas que padecen enfermedades subyacentes, el virus produce síntomas más graves como dificultad para respirar o falta de aire, dolor de pecho y pérdida de habla o movilidad. En caso de padecer estos síntomas la OMS recomienda buscar atención médica, mientras que en caso de sufrir síntomas más leves pueden de ser controlados en casa.
Variantes de la COVID-19
La COVID-19 ha experimentado diversas mutaciones a lo largo de estos últimos años. Con el objetivo de que el público y los medios se pudieran referir a estos, en mayo de 2021, la OMS empezó a utilizar el alfabeto griego y así dejar de vincularlas al lugar donde han sido detectadas por primera vez. Las variantes del coronavirus se han dividido en dos grupos según su nivel de riesgo a nivel mundial.
Por un lado, encontramos las variantes de interés (VOI, por sus siglas en inglés), las cuales presentan cambios en el genoma haciendo que afecte a su transmisibilidad, la gravedad de los síntomas, su capacidad de detección con las pruebas de diagnóstico, así como su capacidad para ser atacado.
Y, por otro lado, las variantes preocupantes (VOC, por sus siglas en inglés) que cumplen los criterios anteriores, pero de forma que puedan resultar un riesgo significativo para la salud pública mundial. Un ejemplo de este tipo de variante es ómicron (B.1.1.529).
¿Cómo se transmite el coronavirus?
Todas las personas al hablar o respirar emiten emisiones respiratorias que se pueden clasificar en gotas y aerosoles. Estos últimos consisten en partículas que al ser tan pequeñas se quedan suspendidas en el aire durante un tiempo elevado y en caso de estar cerca de otra persona, pueden impactar en sus ojos, boca o nariz y causar una infección.
Por lo tanto, para reducir el riesgo de infección es vital mantener la distancia social, además de que podemos apoyarnos en elementos como las mascarillas y la ventilación, es decir, la renovación del aire interior con el aire exterior. Esta ventilación puede realizarse de forma natural, por ejemplo, con la abertura de puertas y ventanas o de forma mecánica o combinando ambos sistemas. En caso de ser por ventilación natural, la mejor opción es con una ventilación cruzada, que consiste en abrir puertas y/o ventanas situadas en los lados diferentes de la sala.
Vacuna para la COVID-19
Pero si hay un elemento clave en la lucha contra el coronavirus, sin duda las vacunas contra la COVID-19 se merecen este puesto. Gracias a la colaboración de toda la comunidad científica y junto con el apoyo de los Estados, se ha logrado reducir la media del desarrollo de una vacuna, de entre cuatro a siete años a menos de un año, garantizando los mismos niveles de calidad, seguridad y eficacia.
En la actualidad podemos encontrar cinco vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos: BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Novavax y Janssen. Además de Sanofi Pasteur y Valneva que están siendo revisadas por la misma agencia para su posterior autorización.
Su adquisición se coordina desde la Unión Europea y ya se han negociado acuerdos de compra anticipada con presupuesto europeo. A España, concretamente, le corresponde el 10 % de las dosis negociadas.
Prevención ante la COVID-19
Sin embargo, estar vacunados contra la COVID-19 no significa que podamos dejar de lado las medidas de precaución. Por ello se aconseja, para mantenerse y mantener a los demás a salvo, seguir las siguientes dos medidas: guardar como mínimo 1 metro de distancia, sobre todo en espacios interiores, y usar mascarilla a la hora de interactuar con otras personas. Además de no olvidarnos de las normas básicas como el lavado periódico de las manos, la desinfección de superficies y evitar tocarnos los ojos, nariz y boca.
Tipos de test de diagnóstico de COVID-19
Podemos encontrar diferentes tipos de test de diagnóstico en función de su objetivo:
- Prueba PCR
La prueba PCR sirve para detectar una posible infección activa pero no detecta si has superado el COVID-19 ni presencia de anticuerpos. Su uso es exclusivo para profesionales y las muestras se recogen a través del exudado nasofaríngeo, pero también con muestras de saliva. Este último es menos sensible a cargas virales bajas y por ello menos fiable. Ambos métodos se analizan en el laboratorio para tener los resultados en varias horas.
- Test de antígenos
Al igual que la prueba PCR, el test de antígenos detecta la presencia del virus. Sin embargo, esta prueba es más rápida: los resultados se obtienen en tan solo unos minutos. Además, existen test de autodiagnóstico que, aunque útiles, entrañan el riesgo de cometer errores durante la prueba y que los resultados sean menos fiables.
- Test de anticuerpos
Las pruebas de anticuerpos o, también conocidas como serológicas, detectan la presencia de anticuerpos (IgM y/o IgG) frente al COVID-19. Es decir, este test no detecta la presencia del coronavirus, sino la respuesta del sistema inmunitario por lo que gracias a él el paciente puede saber si ha sufrido una infección. La prueba se realiza con muestras de sangre y pueden hacerse con un profesional, a través de una extracción, o si es una prueba de autodiagnóstico con una punción con una lanceta.
Avances químicos contra la COVID-19
La industria química es uno de los principales soportes de la medicina ya que permite el desarrollo tanto de fármacos como de los materiales que requieren los sanitarios.
A lo largo de la historia, los medicamentos, los antibióticos y las vacunas han logrado disminuir drásticamente los índices de mortalidad al mitigar los síntomas o incluso eliminar por completo enfermedades. Las vacunas son las más importantes para activar los mecanismos de inmunización y facilitar la prevención de la enfermedad. Por esta razón, como hemos comentado anteriormente, se volcaron todos los esfuerzos y recursos científicos para realizar las 5 fases necesarias para poder administrar las dosis de la vacuna del COVID-19 a la población, logrando resultados en un tiempo récord sin perder su eficacia y seguridad.
En el caso de una enfermedad respiratoria como la COVID-19, el oxígeno que se utiliza para asistir a la respiración y tratar la hipoxia es más importante que nunca. La industria química, además de oxígeno, desarrolla otros gases medicinales con múltiples aplicaciones.
Pero, además, la química también contribuye a facilitar el trabajo de los sanitarios y mejorar la atención hospitalaria. Por ejemplo, mediante los productos antisépticos y desinfectantes, gracias a los cuales las intervenciones quirúrgicas se pueden realizar asegurando la ausencia de gérmenes. O, por otro lado, las materias plásticas y las fibras sintéticas que por su capacidad de adaptación, asepsia y alta compatibilidad son muy utilizados para diseñar material hospitalario.
Por último, la química no solo está presente en el entorno hospitalario sino también en nuestro hogar y en nuestra propia piel. Es gracias a los jabones y el resto de tensioactivos que eliminamos agentes infecciosos de nuestra piel, siendo especialmente eficaces contra los coronavirus. Lo mismo ocurre con la limpieza del hogar mediante diferentes productos químicos de limpieza, detergentes y desinfectantes.
¿Por qué es tan importante lavarse las manos?
Lavarse las manos es esencial para mantener los gérmenes a raya pero, como hemos comentado, esta acción es especialmente efectiva contra los virus como el SARS-Cov-2. La razón reside en la estructura del coronavirus, que básicamente tiene tres elementos: el material genético (ARN), las proteínas (responsables de que se introduzca en las células y las infecte) y la envoltura vírica, que rodea y protege al virus. Esta membrana está formada por lípidos que, además de ser muy sensibles a los cambios en la humedad y temperatura, tienen un gran enemigo: el jabón. Los tensioactivos disuelven la grasa, dejando al coronavirus sin su envoltura vírica y, por lo tanto, desprotegido.
Esto lo logran gracias a su estructura química. Las moléculas de un tensioactivo cuentan con dos partes: un extremo hidrofílico, que atrae el agua, y otro hidrófobo, que atrae las grasas. Por esta razón, pueden encapsular la suciedad de la piel y solubilizarla en el agua.
En conclusión, la química contribuye en gran medida al cuidado de nuestra salud y al incremento de la esperanza de vida. Es por ello que consideramos necesario dedicar recursos a la investigación científica, de modo que, ante cualquier emergencia sanitaria, estemos preparados.