Las claves de la norma ISO 16128

La cosmética natural ha llegado para quedarse pero, pese a su popularidad, sigue provocando mucha incertidumbre porque no tiene una definición legal ni existe un reglamento dedicado exclusivamente a este tipo de productos. Los formuladores sí que cuentan con la ISO 16128, una guía para determinar el porcentaje concreto de ingredientes de origen natural u orgánico mediante cálculos científicos.

A continuación, te explicamos qué es la norma ISO 16128, qué la diferencia de las certificaciones privadas y qué debes tener en cuenta si quieres utilizarla.

¿Qué es la ISO 16128?

Aunque existen muchas etiquetas para cosméticos de origen natural, la mayoría de ellas son privadas y establecen criterios diferentes. Es decir, todavía no se ha alcanzado un consenso entre todas ellas. Como ejemplo, una de las certificaciones privadas más valoradas es la etiqueta Cosmos.

Con el objetivo de acercarse a dicho consenso surge la norma ISO 16128, cuyas siglas significan “International Organization for Standarization” y se refieren al organismo que desarrolla las normas internacionales.

La ISO 16128 contiene las “Directrices sobre definiciones técnicas y criterios para ingredientes y productos cosméticos naturales y orgánicos” y consta de dos partes, una teórica en la que se encuentra la “Definición de ingredientes” y otra práctica conocida como “Criterios para ingredientes y productos” en la que se explica cómo realizar los cálculos correspondientes.

Cálculo de naturalidad según la norma ISO 16128

La ISO 16128 no es de obligada aplicación, sino que sirve como guía para los formuladores cosméticos. En la primera parte de esta norma se definen los ingredientes cosméticos, que se clasifican como naturales, naturales derivados, minerales, minerales derivados, orgánicos, orgánicos derivados y no naturales. Un ingrediente cosmético se considera natural derivado cuando su índice de origen natural es mayor al 50 %.

En general, la mayoría de los proveedores disponen de un certificado de naturalidad según la ISO 16128 y los cálculos los realizan según la Parte 2 de la norma. Siguiendo las directrices establecidas en esta parte, los formuladores pueden calcular el porcentaje total de ingredientes de origen natural u orgánico en su fórmula. Concretamente, obtienen el porcentaje de ingredientes naturales, de origen natural, orgánicos y/o de origen orgánico. Una vez recibido el resultado, pueden incluirlo en las acciones de comunicación y publicidad de su producto si lo consideran relevante.

Con tal de esclarecer estos conceptos, a continuación puedes ver un ejemplo de cómo calcular el porcentaje de naturalidad de una fórmula final inventada (Fórmula X) que contiene tres ingredientes: A, B y C.

Si la fórmula X contiene los siguientes ingredientes:

INGREDIENTE A:

70 % en fórmula: 89 % de origen natural según la ISO 16128

INGREDIENTE B:

25 % en fórmula: 95 % de origen natural según la ISO 16128

INGREDIENTE C:

5 % en fórmula: 100 % de origen natural según la ISO 16128

Se tienen que realizar los siguientes cálculos:

0,70 x 89 = 62,3

0,25 x 95 = 23,75

0,05 x 100 = 5

Dando como resultado:

SUMA = 91,05 % de origen natural en la fórmula X según la ISO 16128

Norma ISO 16128 vs otras certificaciones

Al contrario que lo que ocurre con las certificaciones privadas, el objetivo de la norma ISO 16128 no es adornar la etiqueta del producto con un sello que certifique su naturalidad. En cambio, esta norma permite a los formuladores calcular con base científica el porcentaje de ingredientes naturales y orgánicos del producto.

Por lo tanto, aunque no se ofrezca un sello en sí mismo la información ofrecida por la ISO 16128 es más precisa que otras certificaciones y el fabricante igualmente puede comunicar que un producto es natural u orgánico sin necesidad de pasar por la certificación privada.

¿Los productos naturales son más sostenibles?

Ahora que entendemos qué es y cómo utilizar la ISO 16128, no podemos dejar de reflexionar más a fondo sobre la cosmética natural y su frecuente comparación con la cosmética tradicional. Muchos consumidores eligen productos de origen natural pensando que son más sostenible que los que han sido desarrollados en el laboratorio, pero realmente no tiene por qué ser así. Hay muchas cuestiones que tener en cuenta antes de lanzar esa afirmación.

Al fin y al cabo, existen muchos compuestos que son naturales y no por ello menos tóxicos para el ser humano. Por ejemplo, el arsénico que, sin ir más lejos, está presente en las manzanas en baja proporción.

Por este motivo, para valorar la sostenibilidad de un producto cada caso debe estudiarse de forma individual y teniendo en cuenta toda la cadena de valor. Es decir, no hay que fijarse únicamente en el origen de los ingredientes, sino también en cómo está envasado el producto, qué procesos de producción se siguen, desde dónde se transporta la materia prima y mucho más.

De hecho, no debes olvidar que no hay leyes específicas para la cosmética natural. Es decir, todos los cosméticos, independientemente del origen de sus ingredientes, deben pasar por los mismos controles. Por lo tanto, todos los cosméticos son igual de seguros, así que la elección depende únicamente del consumidor, de su estilo de vida y sus valores.

En conclusión, hay muchas empresas que comercializan productos naturales desde un punto de vista honesto y transparente. La norma ISO 16128 es una ayuda para ellas, ya que les permite hacer reivindicaciones respecto a la naturalidad de un producto de forma rigurosa y objetiva. Por todo ello, supone una herramienta muy interesante para las marcas que quieren demostrar que un producto es natural u orgánico sin depender de una certificación privada.

Además de ofrecerte ingredientes cosméticos de origen natural, en Zschimmer & Schwarz ponemos a disposición de nuestros clientes un equipo técnico experto, que te ayudará a realizar formulaciones personalizadas y te ayudará a aplicar la norma ISO 16128.