16.12.2021 | Química y sostenibilidad
Bioestimulantes agrícolas: el futuro de la agricultura sostenible
Tanto en el ámbito de la agricultura convencional como ecológica, hay un tipo de producto cada vez más utilizado, cuyos beneficios se hacen evidentes día a día: los bioestimulantes. Su uso contribuye a mejorar el rendimiento y calidad de las cosechas, de modo que ayudan a los agricultores a producir más con menos.
¿Qué es un bioestimulante?
Los bioestimulantes agrícolas incluyen diferentes compuestos químicos o microorganismos que ayudan a las plantas a mejorar y regular sus procesos fisiológicos y bioquímicos, con el objetivo de que su cultivo sea más eficiente.
Por lo tanto, hay una gran diferencia entre un bioestimulante y un fertilizante. Los fertilizantes aportan a la planta los nutrientes que esta necesita para desarrollarse correctamente. En cambio, los bioestimulantes no le proporcionan nutrientes de forma directa, sino que estimulan los procesos fisiológicos de la propia planta para mejorar la disponibilidad y absorción de los nutrientes.
Webinar sobre la regulación de los bioestimulantes
Si quieres profundizar más sobre este tema, hemos celebrado un webinar con un experto en la regulación de fertilizantes y afines. José Luis Virosta, CEO de la consultora especializada Sinergis, ha explicado la disposición relativa a la comercialización de productos bioestimulantes en la Unión Europea en su ponencia «Requisitos para que tu producto sea un bioestimulante agrícola». Puedes ver el webinar completo aquí:
¿Para qué sirven los bioestimulantes agrícolas?
Gracias a las propiedades que acabamos de mencionar, los bioestimulantes logran que la cosecha alcance su máximo potencial mediante la estimulación de los procesos metabólicos de las plantas. Así mejoran la captación y asimilación de los nutrientes, favoreciendo el desarrollo de las cosechas.
Los bioestimulantes agrícolas no solo favorecen el rendimiento y la calidad del cultivo, sino que también optimizan el consumo de otros recursos, como fertilizantes y abonos. Además, favorecen la tolerancia de las plantas ante el estrés abiótico y les ayuda a recuperarse con más rapidez cuando sufren daños provocados, por ejemplo, por heladas o plagas. Por todas estas razones, los bioestimulantes impulsan una agricultura más sostenible.
Lo más importante de todo es que, gracias a los bioestimulantes agrícolas, el sector no depende tanto de los fertilizantes clásicos. De este modo, se contribuye a reducir el uso de fertilizantes, uno de los objetivos marcados en el Pacto Verde Europeo para alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050.
Clasificación de los bioestimulantes en la agricultura
Existen muchos tipos de bioestimulantes y cada uno de ellos ofrece unos beneficios determinados. A continuación, te indicamos cuáles son los más usados en el sector agrícola:
- Ácidos húmicos y fúlvicos. Proceden de restos vegetales o animales y de la actividad metabólica de los microorganismos, por lo que forman parte de la materia orgánica de los suelos. Incluyen compuestos muy heterogéneos y, gracias a su uso, se mejora de forma significativa la fertilidad del suelo.
- Aminoácidos y mezclas de péptidos. Se obtienen a partir de la hidrólisis química o enzimática de proteínas, tanto de procedencia animal o vegetal. Son muy versátiles y, gracias a su solubilidad, movilidad y compatibilidad con otros insumos agrícolas, son muy utilizados en los cultivos.
- Extractos de algas y plantas. Aunque desde la antigüedad se han utilizado como fertilizantes, recientemente se han descubierto sus propiedades como bioestimulantes agrícolas.
- Quitosanos y otros biopolímeros. Es habitual el uso de biopolímeros en la industria cosmética, en alimentación y en medicina. Recientemente se han empezado a utilizar también en la agricultura. El más extendido es el quitosano, forma deacetilada de la quitina, porque es capaz de unirse a una amplia variedad de compuestos celulares.
- Compuestos inorgánicos. En esta categoría se engloban diferentes elementos químicos que provocan efectos beneficios en las plantas e incluso llegan a ser esenciales para algunas especies. Por ejemplo, el selenio ayuda a proteger a las plantas de los ataques patógenos y el silicio refuerza las paredes celulares.
- Hongos y bacterias beneficiosas. No todos los microorganismos son dañinos sino que algunos de ellos contribuyen a mejorar la salud de la cosecha. Por eso en la actualidad las bacterias y los hongos se empiezan a utilizar con fines bioestimulantes. Sus beneficios están relacionados con la resistencia a enfermedades, la tolerancia al estrés y la aportación y uso eficiente de nutrientes.
¿Cómo ayuda la industria química al desarrollo de bioestimulantes?
La formulación de los bioestimulantes es mucho más compleja que los tradicionales fertilizantes NPK. Además, es necesario garantizar que su fórmula es estable, tiene una larga vida útil y es fácilmente manejable para el agricultor. Y, por si fuera poco, hay una gran variedad de bioestimulantes y cada uno cumple una función específica en el rendimiento de la cosecha.
Por todo ello es recomendable apoyarse en expertos en química que conozcan en profundidad los diferentes tipos de bioestimulantes agrícolas y sus propiedades, así como su comportamiento en los distintos cultivos. De este modo, te asegurarás de que el producto formulado provoque los efectos deseados y que lo haga de la forma más eficiente.
Al fin y al cabo, la industria química es una parte intrínseca de la agricultura, que debe apoyarse en ella para mejorar el rendimiento de la producción mundial de alimentos mediante productos agroquímicos eficientes y sostenibles
Desde Zschimmer & Schwarz te ayudamos a mejorar y optimizar la fórmula de tus bioestimulantes y otros productos agroquímicos. Gracias a nuestro know-how y tecnología, te diseñamos productos innovadores con los que lograr los mismos resultados que con los convencionales, o incluso mejores. Por ejemplo, siendo necesaria una menor cantidad de aplicación. Contacta con nosotros si quieres conocer más a fondo nuestros servicios y productos.