19.08.2020 | Desmintiendo mitos
Química y alimentos: los compuestos químicos son tu comida
A pesar de que la química ha demostrado continuamente su contribución a la mejora de la calidad y la esperanza de vida, se sigue fomentando la quimiofobia, el miedo a la química, como estrategia de marketing. Esto ocurre, por ejemplo, en la industria alimentaria, sin tener en cuenta que toda materia es química y que son los compuestos químicos de los alimentos los que nos mantienen sanos y bien nutridos. Sin ir más lejos, hace poco te desvelamos la química de la cerveza, una bebida cotidiana que no es más que la mezcla de diferentes sustancias químicas. ¿Te gustaría saber qué más hay detrás de la química de los alimentos?
¿Qué relación existe entre química y alimentos?
La mayor parte de los componentes químicos de los alimentos son lo que conocemos como nutrientes, sustancias indispensables para nuestra vida y buen estado de salud. Los hidratos de carbono, las grasas, las proteínas, las sales minerales, la fibra, las vitaminas y, por supuesto, el agua son los compuestos químicos que nuestro organismo utiliza para realizar sus funciones vitales.
Aparte de los nutrientes presentes de forma natural en los alimentos, también pueden añadirse otras sustancias, conocidas como aditivos químicos. A pesar de la polémica respecto a ellos, debes saber que hay muchos tipos de aditivos químicos y que son de gran importancia para que los alimentos lleguen a nuestra boca en perfecto estado.
La función principal de los aditivos químicos es hacer que el consumo de alimentos sea seguro, mejorando los procesos de producción y conservación de la comida e incrementando su vida útil. Además, también mejoran el aspecto y las cualidades organolépticas de determinados alimentos, haciéndolos más apetecibles.
Por otro lado, la relación entre química y alimentos no solo se manifiesta en el producto final, sino que esta ciencia influye en todo el ciclo de vida de la comida. Por ejemplo, la química ha mejorado en gran medida la producción agrícola. Entre otros, gracias a ella contamos con fertilizantes y abonos que mejoran el rendimiento de las cosechas, plaguicidas y pesticidas que las protegen e incluso aditivos químicos para cosechas.
Tipos de aditivos químicos
Como hemos comentado, hay una gran variedad de aditivos químicos que se añaden a los alimentos con el objetivo de mejorar la calidad o la seguridad de la comida. Actualmente existen 27 tipos de aditivos químicos, que se suelen clasificar según la función que ejercen:
- Sustancias que impiden las alteraciones químicas biológicas: su objetivo es alargar la duración del alimento y mantenerlo en buen estado durante más tiempo. Los más conocidos son los antioxidantes y los conservantes.
- Sustancias que modifican las características físicas o químicas: entre ellas se encuentran emulgentes, espesantes, gelificantes, antiespumantes, antiapelmazantes, antiaglutinantes, humectantes, reguladores de pH…
- Sustancias que modifican las características organolépticas: su función es mejorar el aspecto o la sensorialidad del alimento. Se incluyen, por ejemplo, colorantes, potenciadores del sabor, edulcorantes y aromas.
Cómo reconocer los tipos de aditivos químicos
Sin conocimientos científicos puede ser difícil identificar los diferentes tipos de aditivos químicos y entender qué papel juega en el alimento. Por esta razón, la ley europea obliga a que en el etiquetado del producto se proporcione toda la información necesaria.
Por ello es necesario que todos los aditivos químicos utilizados aparezcan en la lista de ingredientes del producto, acompañados de la función que desempeñan. Pueden aparecer por su nombre o por el código con el que se autorizan en la Unión Europea (el número E). Por ejemplo, si se utiliza ácido acético como antioxidante, aparecerá: “antioxidante (ácido acético)” o “antioxidante (E 260)”.
Tipos de conservantes químicos
Por su gran importancia en la alimentación, queremos hacer hincapié en los conservantes químicos, sustancias sin las cuales los supermercados serían muy diferentes a los que conocemos en la actualidad ya que sería imposible llevar a cabo el proceso de distribución.
¿Sabías que el uso de conservantes no es nuevo? Desde las antiguas civilizaciones se han buscado formas de conservar los alimentos en buen estado durante más tiempo. Los griegos, por ejemplo, añadían vinagre a las frutas y verduras o las aislaban del oxígeno cubriéndolas con cera o resinas, mientras que los chinos utilizaban dióxido de azufre.
Gracias a los avances tecnológicos y científicos, los conservantes químicos actuales han mejorado la eficacia de los métodos antiguos. Hoy en día dividimos los conservantes químicos en 3 grupos:
- Antimicrobianos: estos conservantes eliminan bacterias o impiden el crecimiento de moho.
- Antioxidantes: como su nombre indica, se utilizan para evitar la oxidación, previniendo que los alimentos se enrancien o descompongan rápidamente. Los más conocidos son la Vitamina E y la Vitamina C.
- Agentes quelantes: entre los que se encuentran el ácido etilendiaminotetraacético disódico (conocido como EDTA), el ácido cítrico y los polifostatos. Los agentes quelantes se unen a los iones de metal, atrapándolos y evitando así la oxidación.
Además, también existen conservantes naturales, como el zumo de limón, la sal o el azúcar.
¿Son peligrosos los aditivos químicos?
Como hemos dicho, la quimiofobia sigue estando presente y continuamente los ciudadanos son bombardeados con mensajes que les alertan de los tóxicos que consumen a diario. ¿Qué hay de verdad en ello?
Lo cierto es que todos los aditivos químicos que se utilizan en la Unión Europea deben haber sido evaluados y autorizados y la legislación europea es una de las más exigentes en materia de alimentación. Por ello los aditivos alimentarios pasan por estrictos controles que garantizan que son seguros en las cantidades utilizadas. Al fin y al cabo, la prioridad es la seguridad del consumidor.